sábado, 29 de enero de 2011

Viaje a San Roque: Predicación del evangelio y distribución de folletos en la lancha



En lancha, el viaje hasta San Roque dura cerca de 48 horas (dos días y dos noches). Cuando supe que el viaje sería así de largo al ir y también al venir, propuse en mi corazón que predicaría el evangelio y repartiría folletos en toda persona en la lancha.

En la lancha viajan siempre más de 200 personas. La mayoría viaja en su hamaca. En la lancha, lo único que se hace es mirar, hablar, ver peliculas, escuchar música, comer y dormir. Esta vez, nosotros teníamos algo especial que dar: El evangelio de Jesús.

Predicamos el evangelio al ir y al venir. Vimos a las personas atentas a la palabra de Dios. Para mí, la experiencia de exponer el evangelio desde la Biblia en la lancha fue muy estimulante. He viajado en la lancha más de 15 veces y es la primera vez que he predicado así. Dios mediante, repetiré la experiencia cada vez que viaje por allí.

Para predicar y testificar en la lancha fue vital la compañía de los hermanos que fueron conmigo. Ellos me dieron ánimo y me ayudaron a entregar los folletos y a hablar con las personas. En especial, destaco a Javier, quien dio su testimonio de cómo Jesús cambio su vida.

Repartimos tratados sobre el evangelio y vimos a las personas leerlos y releerlos. Entregamos los tratados de Chick Publicaciones. Esos tratados son buenos para entregar a la gente. Las personas lo leen y lo guardan. El tratado titulado ESTA FUE TU VIDA es el mejor de todos, pues explica bien el evangelio.

También pudimos hablar el evangelio y testificar de Jesús en forma personal a varias personas. Una mujer entregó su vida a Jesús como resultado de hacerlo. Fue el pastor Leopoldo quien guío a esta mujer. Al finalizar, le entregamos material bíblico para que estudie al llegar a su pueblo. La mujer que entregó su vida a Jesús es profesora y dirige también un grupo de damas. Oremos por ella, que Dios confirme su fe y que crezca en el conocimiento de la palabra de Dios. Ella se llama Aleida Sandoval Chávez.

No sabemos con exactitud lo que Dios va a hacer con lo que hicimos en la lancha, pero confiamos en su promesa de que su palabra no vuelve vacía. Nosotros cumplimos con testificar y predicar de Jesús. Estamos muy contentos de haber obedecido a Dios.

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