lunes, 27 de diciembre de 2010

Una bendición añadida por ser predicador del evangelio - Paisajes... El Nevado Verónica



Los predicadores nos movemos por amor a Dios y por amor a las personas. Expresamos nuestro amor llevando el evangelio de Jesucristo por dondequiera que Dios quiera que vayamos.

Toda persona debe oír el evangelio y los predicadores estamos llamados a ir hasta donde están las personas, no importa cuánto cueste ni cuán difícil sea llegar hasta ellos.

Al ir, los predicadores recibimos las bendiciones de Dios, una de ellas, que viene por añadidura, es ver maravillosos y preciosos paisajes de lo que Dios ha creado. En este mi último viaje, disfruté el paisaje andino entre Cusco y Quillabamba.

En esta presentación les comparto lo que vi. En especial, destaco lo que vi por la vía de Alfamayo, que es como se conoce a esa área. Allí me impactó el Nevado Verónica o “Wakaywillque” o “Llorona Verónica”, que tiene 5659 metros de altitud.
http://www.andeshandbook.org/cerro.asp?codigo=470

La imponencia y la majestuosidad de este nevado me maravilló y me hizo pensar en su grandioso y majestuoso creador, Jehová de los ejércitos.

Tome las fotos mientras viajaba en una Van. Como verán, estuve a más de 3 o 4 mil metros sobre el nivel del mar. Las fotos no reflejan con exactitud la grandeza y la majestuosidad de los andes peruanos entre Cusco y Quillabamba, pero sí son una pequeña muestra de las mismas.

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