Bendiciones de Cristo para
ustedes y sus familias, apreciados hermanos y amigos en Jesucristo, nuestro
Dios y soberano Señor de todos los gobiernos de este mundo. El mes de Febrero
estuve en Cuba y también en dos campamentos de jóvenes en mi país.
Predicar a la juventud fue muy
importante ya que tengo el reto este año de promover y motivar la dedicación al
ministerio. Estuve en un campamento de jóvenes en la ciudad de Trujillo y en
otro campamento en la ciudad de Lima. En ambos campamentos hubo decisiones de
salvación y de consagración. En especial, quiero destacar que en Lima, cuando
hice el llamado a consagración al ministerio, fueron 12 jóvenes los que
respondieron a ese llamado.
Después de mucho tiempo
serví predicando en el campamento de Jóvenes de Trujillo.
Me gocé predicando y
enseñando a este grupo de jóvenes que participaron en el campamento de Lima
Guíe a este grupo de
jóvenes, que aceptaron el reto de servir a Dios a tiempo completo y a
vivir del evangelio. Hablé sobre el Seminario Bautista del Perú, para que
se preparen allí. ¡Veremos lo que Dios hace en ellos!
Mi viaje a Cuba fue lo más resaltante de mi
servicio a Dios.
Fui a ese país con el fin de conocer la forma en que viven y trabajan los
pastores y misioneros cubanos. También, quería llevar una ofrenda de amor a los
pastores y misioneros de allí. Gracias a Dios, todo se cumplió
satisfactoriamente.
Durante
mi viaje, tuve el privilegio de dialogar con más de 25 pastores y misioneros.
Visité unas 18 iglesias bautistas y unas 15 localidades en La Habana, Güines y
Artemisa. Todo este recorrido lo hice en una motocicleta. Este vehículo estuvo
a mi disposición gracias al evangelista Martín. Martín condujo la motocicleta,
me guió y estuvo conmigo durante toda mi estadía en Cuba. Martín y yo estuvimos
juntos desde el sábado 2 hasta el viernes 8 de Febrero. Martín fue una grande
bendición para mí.
El hermano Martín y yo recorrimos muchos kilómetros
en esta motocicleta. ¡Nos gozamos sirviendo al Señor Juntos!
Mi
visita a los pastores y misioneros en Cuba me permitió entregar una ofrenda de
amor de hermanos y de iglesias de Perú, Uruguay y USA. La cantidad que entregué
no fue mucha para los hermanos e iglesias de esos países, pero para los pastores
y misioneros de Cuba, la ofrenda les ayudó a cubrir buena parte de sus
necesidades durante un mes. ¡Gracias a Dios por los que ofrendaron para los
pastores y misioneros de Cuba! ¡Me hicieron Epafrodito para los cubanos!
Dios
me ha impresionado en Cuba. Existen hijos suyos que le aman y le sirven. Hay
iglesias crecientes tanto en locales públicos como en casas. Existen pastores y
misioneros que extienden el reino de Cristo y su evangelio con poco sustento.
También hay hombres y mujeres que responden al llamado de servir a Dios como
pastores y misioneros.
Los pastores y misioneros no ganan mucho, pero
sirven al Señor con gozo y sacrificio. Son muy pocos los pastores y misioneros
que reciben más de 20 dólares al mes, la mayoría recibe menos que esa cantidad.
El
sistema político de Cuba no ha sido un impedimento para que más personas crean
en Jesús y se salven. Tampoco ha sido y es un impedimento para que se responda
al desafío de ser ministros de Jesucristo. ¡Dios sea glorificado por eso! ¡Dios
es el soberano cualquiera que sea el sistema político que rige este mundo!
Las iglesias que tienen edificio propio, lo
tienen desde antes de la revolución. Sus edificios requieren mantenimiento,
pero es difícil que los puedan renovar o reconstruir, el sistema y la economía
son un obstáculo.
Regresé
de Cuba animado y desafiado. Mi corazón se quedó con los siervos de Dios de ese
país. Dios mediante, voy a seguir impulsando el apoyo a los pastores y
misioneros de Cuba. Lo que más se requiere allí, aparte de nuestras
oraciones, es dinero para sustento. Con
una ofrenda de 30 dólares por mes, un pastor y un misionero cubano puede hacer
mucho más trabajo del que hace con lo que recibe de la economía del país. Si
alguno de ustedes quiere tener parte en el sostenimiento de un siervo de Dios y
su familia en Cuba, avíseme. Les aseguro que buscaré la forma de ayudarles a
sostener a un siervo de Dios de esa preciosa isla.
“No es que busque dádivas, sino
que busco fruto que abunde a vuestra cuenta” (Filipenses 4.17).
Gracias por leer y orar por lo
aquí escrito.
Segundo Rodríguez
No hay comentarios:
Publicar un comentario